domingo, 26 de marzo de 2017

Feminismo radical: "lo personal es político"

El feminismo radical norteamericano fue consecuencia de todo un movimiento social, político e intelectual que revoluciona los últimos años 60 y toda la década de los 70. Los fundamentos teóricos y obras que definieron conceptos fundamentales para el análisis feminista como patriarcado, casta sexual y género, fueron armadas de las herramientas teóricas del marxismo, el psicoanálisis y el anticolonialismo, en las que se destacan: “política sexual” de Kate Millet (1969) y “La dialéctica del sexo” de Sulamith Firestone (1970).
Su lema fue “lo personal es político”, puesto que las radicales identificaron áreas de la vida que hasta entonces se consideraban privadas y que respondían como centros de dominación patriarcal. A ellas se debe el mérito de haber revolucionado el sistema analizando las relaciones de poder dentro de la familia y la sexualidad.

Algunas características del feminismo radical como planteamiento fueron exigir el impulso igualitarista y anti jerárquico. Ninguna mujer está por encima de otra y con esto las líderes estaban mal vistas. El igualitarismo se tradujo en mujeres recién llegadas sin la más mínima experiencia política que podían, en situación de poder, criticar duramente a líderes o potencias teóricas dentro del movimiento, como sucedió con Sulamith Firestone, llegando a recelar de las teóricas por utilizar el movimiento para hacerse famosas. Un claro ejemplo que refleja la situación es la obra “la tiranía de la falta de estructuras” de Jo Freeman.
También se planteaban forjar nuevas formas de vida y un nuevo modelo de hombre, esto porque no estaban interesadas en la política reformista de los grandes partidos ni en las instituciones socialistas porque argumentaban que igualmente discriminaban a las mujeres, por tanto, justificaron y consideraron necesario que las mujeres se organizaran de forma autónoma e independiente, donde ellas mismas fueran las artífices de su propio cambio, separándose de los varones porque la lucha va dirigida a las instituciones patriarcales que ellos representan.

¿Cuál fue el aporte a las problemáticas de las mujeres?

Las feministas radicales en los años 60 contribuyeron a visibilizar problemas de las mujeres que se consideraban privados, personales o naturales, como por ejemplo la seguridad de la mujer en espacios públicos, la violencia de género, la sexualidad, entre otros.
Así entonces, en marchas, grupos de autoconciencia (consistían en que cada mujer explicase las formas en que sentía o experimentaba la opresión) u organizaciones alternativas, se defendía el derecho al aborto, información respecto al uso de anticonceptivos desarrollando una salud y ginecología no patriarcales o se criticaba cualquier forma de explotación sexual de las mujeres (como la prostitución o pornografía), creando así espacios propios como guarderías, centros de mujeres maltratadas o centros de defensa personal.
El feminismo radical fue un aporte no solo para que las mujeres visibilizaran las relaciones o estructuras de poder como dominación masculina, que ellas definen como casta sexual. Sino también como un movimiento clave para la autoestima feminista, para que las mujeres no solo se empoderaran de conocimientos, sino también de sus cuerpos. Se apoyaban para descubrir el placer sexual o para defenderse de la violencia machista agrupándose para despertar la conciencia que tenemos sobre nuestra opresión y así poner las bases para su transformación, porque las radicales pretendían construir la teoría desde la experiencia personal y no de ideologías previas.

Momento declive

La negación de diversidad de mujeres dentro del feminismo radical fue una de las causas de su declive. La idea del “igualitarismo” que señalaba en el segundo párrafo, si bien se traducía como “nadie está por encima de otra”, entender la igualdad de esta forma trajo muchos problemas. Tanto así que muchas líderes fueron expulsadas y la tesis de sororidad de todas las mujeres unidas por una experiencia común (autoconciencia) se vio amenazada por la aparición dentro de los grupos de la cuestión de clase o de lesbianismo.
Pero lo que terminó por agudizar el fin del activismo del feminismo radical a mediados de los setenta, fueron los agónicos disensos internos más el desgaste del movimiento por sus características.



"Guía para la participación social y política de las mujeres" Rosa Escapa Garrachón, Luz Martines Ten.
"Los Feminismos" Ana de Miguel. Publicado en Celia Amorós (dir.) (2000) Diez palabras clave sobre mujer, Pamplona, Verbo Divino.
"Feminismo para principiantes" Nuria Varela. 

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